Mario ya está en su casa. Aunque
se perdió en el parque de la Ciutadella y él vive en plaza Urquinaona, supo
volver a casa y esperar en el portal la llegada de su ama. Pero un vecino que
no supo reconocerlo se lo llevo a Mataró. Allí estuvo recogido en un centro
veterinario que, gracias al chip identificador, contactó con su dueña. Todos
los perros y gatos están obligados por ley a llevar este chip subcutáneo. En él
se almacena información como: el nombre del dueño, su dirección y uno o dos
teléfonos de contacto. Y esta queda registrada en la base de datos del Censo
Canino que tiene cada Comunidad Autónoma.
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